“Ojalá este programa fuera implementado por todos los clubes de fútbol de Chile”
Adolfo Palacios destacó el programa desarrollado por Patrimonio de la Familia porque contribuye al desarrollo de la formación integral de las personas.
Adolfo es padre de Javier Palacios, talentoso mediocampista de la categoría Sub 16 de Audax Italiano, y quien ha visto con buenos ojos su arribo a la tienda itálica, donde su hijo se está forjando como deportista. Pero además de eso, está orgulloso de ver junto a su señora Mónica Rucal y sus hijas Martina y Estefanny, como Javier de la mano del deporte, se transforma paulatinamente en una persona independiente, segura, con valores, ambiciones y metas por cumplir.
Mucho de eso tiene que ver el proyecto social del club audino, Patrimonio de la Familia, y más precisamente el Programa de Apoyo al Rendimiento Escolar (PARE), creado por la institución hace una década, implementado en más de cien colegios, el cual apoya el aprendizaje y rendimiento académico de los estudiantes, pero desde la perspectiva del compromiso brindado por sus padres y de cómo finalmente el entorno familiar se involucra en el proceso educativo de ellos.
Don Adolfo, quien luce orgulloso el diploma que lo acredita como participante y egresado de este programa, explica sus motivos. “Es importante tener este diploma, me lo gané, fui a todos los talleres y puse lo mejor de mí para aprender y aprovechar el tiempo. Lo enmarcamos y está en nuestro comedor”. Además, señala la importancia de participar en esta instancia. “En Audax nos reiteran que no todos los jugadores en formación van a llegar al profesionalismo, por lo que es importante nunca descuidar la educación. Por eso, es fundamental que los padres nos encarguemos de apoyar su proceso educativo, junto con fortalecer la relación con ellos. Ojalá este programa fuera implementado por todos los clubes de fútbol de Chile. Ha sido de gran ayuda”.
“Gracias a Audax Italiano y nuestra familia”
Por último, Adolfo Palacios destaca como ve a Javier cumplir sus sueños de forma paulatina, realizando esfuerzos que a su edad para la mayoría parecerían impensables. “Es sacrificada la vida del jugador de fútbol. Él va todos los días al colegio, después entrena y no puede tomar vacaciones con nosotros y por lo general no puede estar en las fiestas familiares. Como que en algún grado se pierden ciertas vivencias de la niñez. Pero de todos modos nos enorgullecemos al ver que él es un niño respetuoso, que no se pierde en el celular como la mayoría o está involucrado en otra clase de vicios que azotan a la juventud. Eso es gracias al Audax Italiano y a nuestra familia, porque siempre estamos pendientes de él. Con el tiempo Javier ha adquirido muchas responsabilidades y es capaz de responder a cada una de ellas. Si no llega a ser futbolista, tendrá otra mentalidad que lo va a ayudar a triunfar en la vida”.