Uso de celular en sala de clases ¿Aliado o enemigo del aprendizaje?
El tema preocupa a autoridades, directores de colegios y apoderados, quienes incluso deben responder una encuesta nacional por internet para determinarlo.
Tras las vacaciones del verano de 2018, los estudiantes franceses debieron acostumbrarse a una nueva realidad luego que se decretara en todo el territorio galo una ley que prohíbe el uso de teléfonos móviles en los establecimientos educacionales. Así celulares, relojes inteligentes y tablets debieron desecharse de las rutinas estudiantiles, puestas que aunque los escolares los pueden llevar, estos deben permanecer apagados y guardados, y sólo ser utilizados en caso de emergencia.
La nueva normativa impide que los alumnos de la enseñanza primaria, y parte de la secundaria, puedan utilizar los dispositivos en el horario escolar y extracurricular, e incluso en actividades escolares organizadas fuera de los colegios. En el caso de los niños mayores de 15 años, cada establecimiento quedó encargado de decretar qué es más conveniente en el caso de ellos.
El ministro de educación de Francia, Jean-Michel Blanquer, fundamentó la medida debido a que “el uso del teléfono móvil puede afectar seriamente la calidad de escucha y la concentración requerida para las actividades de enseñanza. Además, su uso en los recintos de las instituciones disminuye la calidad de la vida colectiva, que es esencial para el desarrollo de los estudiantes”, en declaraciones recogidas por diario La Tercera.
El caso chileno
En nuestro país, la realidad es alarmante, puesto que el estudio “Efectos de la adicción al celular en los colegios” realizado por la Universidad de Los Andes, determinó que un 86% de los estudiantes utiliza sus dispositivos móviles en el colegio, en donde pasan cerca de seis horas conectados en promedio, donde principalmente ven videos en YouTube, juegan en línea y utilizan la conocida aplicación WhatsApp.
Recientemente, en declaraciones a Radio Cooperativa la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, explicó que “si bien muchas veces ni los adultos podemos controlarnos de usar un celular si sabemos que lo tenemos ahí o lo tenemos apagado. En los jóvenes, cuando ya un 70 por ciento reconoce que lo usa en la sala de clases, obviamente que puede estar afectando a la concentración”.
Trabajar con la Familia y Apoderados
Patrimonio de la Familia es una entidad educacional que promueve un rol más activo y participativo de los padres y apoderados en la educación de sus hijos, con el objetivo de fortalecer la influencia e importancia de la familia en el aprendizaje de los niños y niñas de Chile. Lleva más de una década de trabajo, y esta vasta experiencia le permite constituirse en un referente ineludible a la hora de hablar de educación.
La Coordinadora Académica de la entidad, Daniela Paredes indica que “en este momento el tema del celular en la sala de clases es un problema, porque no se ha tomado como instancia educativa para los estudiantes. Nuestras mediciones señalan que sobre todo en educación media, un alto porcentaje de los profesores dice que el celular es una situación de permanente conflicto en clases. Por lo tanto, ante esta situación, debemos preguntarnos ¿cuál es el objetivo?, ¿formar, educar, aprender?, entonces para lograr aquello, el uso del celular es un obstáculo y desvía a los estudiantes de aquella tarea como es poner atención, estar concentrados y lograr que el aprendizaje ocurra. Por esta misma razón, en Patrimonio de la Familia creemos que si bien cada establecimiento de acuerdo a sus políticas de convivencia puede restringir o eliminar el uso del celular, también se debe trabajar educativamente con la familia para que los niños aprendan a utilizar de forma correcta y sacarle provecho educativo a los dispositivos”.
La Coordinadora Académica, además destaca que “Patrimonio de la Familia apoya permanentemente con sus programas de capacitación a docentes y apoderados con respecto al uso del celular y los riesgos que conlleva para los niños. Consideramos que si existe un modelo de intervención formativo y educativo, no punitivo, esto puede traer buenos frutos para utilizarlo en la sala de clases y generar mejores instancias de aprendizaje”.